jueves, 27 de agosto de 2015

El Juli y Matías, protagonistas por distintos motivos en Bilbao.

Paseillo número sesenta y uno de Enrique Ponce en Bilbao y una faena de gran maestro en el primero de la tarde, donde se pudo ver y disfrutar de la enorme calidad que tiene el maestro de Chiva. 
El Juli estuvo cumbre en el quinto de la tarde en una faena de menos a más que dejo bien claro porque esta y el puesto que ocupa, en su primero quiso y su antagonista le acompañó solo a medias. 
El extremeño Miguel Ángel Perera nada pudo hacer con su primero a pesar del esfuerzo realizado, un soso y deslucido toro. Tampoco tuvo mucho más de su segundo que se fue apagando como la vela de un cumpleaños. El lote más desagradecido cayó en sus manos.

La maestría, majestuosidad y sapienza del diestro de Chiva, Enrique Ponce, se hizo patente y de que forma en el primero de la tarde, un toro encastado y noble al que Ponce le enjaretó una de las faenas más artísticas y sentidas de los últimos años. Ponce no tiene fin y cada tarde se reinventa, redondos sutiles, naturales largos y sentidos, el toro rozando con los pitones las taleguillas mientas la relajación del torero dejaba pasar su embestida con la sutileza de un maestro. Afarolados, trincherillas, cambios de mano, ponzinas y un sin fin de suertes para abrochar su faena con una estocada certera.
El cuarto de la tarde reservón y sin ganas de nada, daba pocas opciones para el triunfo. Rehuía la pelea y Ponce que no se aburre ni en la peor de las películas, lo fue sobando hasta robarle alguna tanda suelta de enorme mérito. La porfía de Ponce apunto estuvo de costarle un disgusto a Ponce de un seco derrote. 

Saltaba el segundo de la tarde a la negra arena de Bilbao y un madrileño para recibirlo, El Juli, que no permite ni un pase. Soberbio quite de Perera que inicio por tafalleras y continuó por gaoneras con el viento moviendo el capote como la bandera un cuartel, máximo riesgo y exposición para desentumecer los músculos. Tiro de raza Julián e inicio su faena en el centro del anillo con pase cambiado por la espalda y se enfrentó a su antagonista y al viento en una faena que sin tener el calado de su anterior compañero, no se guardo nada y fue capaz de meter en el canasto de la verdad a un castaño que no fue fácil de domeñar. Y para postre su julipie que no falla en tardes importantes. 
El quinto de la tarde con ritmo y metiendo la cara, lo fue haciendo poco a poco el diestro madrileño en series en redondo de enorme transmisión para pasar a ligarlo al natural, bajándole la mano y llevando embebido su trazo, encajado, hundido y abandonado. De nuevo la diestra y el toro con más ganas si cabe de acompañar en la fiesta a Juli, que se estaba sintiendo querido de nuevo por el público de Bilbao. Invertidos circulares con cambios de mano infinito para abrochar con soberbio pase de pecho de pitón a rabo. Una faena de menos a mucho más de un gran Juli que no da nunca nada por perdido. Final de infarto con las zapatillas clavadas en la arena para pasar por ambos pitones al Garcigrande a milímetros de la taleguilla. Otro Julipie para cerrar su tarde y su feria de Bilbao. Una faena de dos, que no fue concedida por un presidente que optó por ser protagonista. Enorme bronca a Matias. 

Mas informal y soso el tercero de la tarde para el extremeño Miguel Ángel Perera. Quiso en todo momento Perera extraer jugo de un ejemplar que no tenía ni el fondo ni el juego de sus anteriores hermanos. Se arrimó y se la jugo en terrenos de cercanías con el viento como protagonista y una incierta embestida. Una soberbia estocada cerraba su primera actuación de Bilbao.
El que cerraba plaza lo recibió a pies juntos Perera para tomar los primeros contactos con el burel. Quite ajustadísimo por chicuelinas de un Perera que quiere más en la tarde. Al público brindó su faena y al centro de todo se marcho para iniciar en redondo de rodillas una tanda de enorme transmisión y riesgo. Levantó la planta y enjuicio las tandas en redondo tirando de raza y buen aire. Presentaba la franela el extremeño y la seguía el garcigrande con ganas de arrancársela de la mano. A medida que avanzaba la faena el fuelle iba perdiendo su fuerza inicial y le costaba seguir la exigencia que le marcaba Miguel Ángel. El ya clásico cierre en terrenos de cercanías servían para poner el epílogo a una faena que se fue diluyendo poco a poco. Pincho en varias ocasiones.


Ficha del Festejo
Toros de Garcigrande, de variado juego, con uno primero y quinto de gran calidad. 

Enrique Ponce, oreja / ovación con saludos
Julián López "El Juli", oreja / oreja tras aviso y dos vueltas al ruedo
Miguel Ángel Perera, ovación con saludos / ovación con saludo tras aviso

Incidencias.- Casi tres cuartos del aforo. El lidiado en primer lugar ovacionado en el arrastre. Ovación al quinto en el arrastre. 

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