La primera novillada del abono
ha contado con el triunfo de Álvaro
Lorenzo, que cortó una oreja al novillo que abrió plaza, y con la vuelta al
ruedo de Ginés Marín en el segundo
de la tarde. Pero estos dos novilleros sobresalieron también en la
interpretación del toreo a la verónica, mientras que el sevillano Pablo Aguado dejó constancia de sus
buenas maneras a pesar de no tener mucha colaboración en su lote.
Buen ambiente en esta primera
novillada de abono, donde Álvaro Lorenzo fue el único que tocó pelo. Estuvo a
punto de hacerlo Ginés Marín, mientras que Pablo Aguado tuvo menos
posibilidades en su lote.
El primero de la tarde se frenó
y creó problemas en el capote, impidiendo el lucimiento de Álvaro Lorenzo. En la brega dio un susto al banderillero Candela,
por fortuna sin consecuencias. El novillo llegó sin motor a la muleta y Lorenzo
lo trató con temple, logrando hacerlo romper y metiéndolo en la muleta en
cuatro series ligadas que tuvieron mérito al sacar el fondo del novillo. Con la
izquierda el novillo no respondió igual e hizo bien el novillero en irse a por
la espada. Terminó con ajustadas bernardinas y mató de excelente estocada,
siéndole concedida una oreja.
Lorenzo cuajó al cuarto con el
capote dando excelentes lances hasta los medios. Con la muleta sacó al novillo
al tercio y le dio una serie ligada y con compostura. En la siguiente le
tropezó el engaño y tuvo que empezar de nuevo, costándole más al novillo. Los
mejores muletazos llegaron al natural en dos series en las que se acopló muy
bien a la embestida de su oponente. Estuvo muy por encima, pero falló con la
espada. Ovacion tras aviso.
Ginés
Marín toreó muy bien a la verónica al segundo, cuajándolo en el
recibo de capa en uno de los mejores momentos de la tarde. También se lució en
el quite. Comenzó la faena toreando en redondo con las dos rodillas en tierra
en los medios. Dio dos series ligadas con la derecha haciendo sonar la música y
cambió a la zurda, tardeando el novillo más por ese lado. Con el animal más
agotado, acortó distancias y apuró las últimas embestidas en terreno de
cercanía. También cerró con bernardinas y mató de estocada que asomaba. Hubo
petición de oreja que el presidente no concedió y dio la vuelta al ruedo.
El quinto no dejó a Ginés Marín
lucirse con el capote y en la muleta huyó literalmente del torero, buscando
chiqueros. En esa zona intentó Marín fijar y recoger su embestida y tuvo mérito
esa lucha en contra de la mansedumbre del novillo, que sin embargo el novillero
prolongó más de lo debido. Fue ovacionado tras escuchar aviso.
Pablo
Aguado también dejó verónicas estimables en el recibo de capa al
tercero. Brindó a Curro Vázquez y se encontró con un novillo completamente
aquerenciado en tablas. Planteó la faena en ese terreno y dio una primera serie
con compostura. A partir de ahí al novillo le costó ir y el sevillano tuvo que
provocar y sacar los muletazos de uno en uno. Mató mal y tuvo que descabellar.
Silencio.
Aguado sorprendió en el sexto
al recibirlo a portagayola con cinco faroles que pusieron a buena parte del
público de pie. En la faena comenzó con un par de series con la derecha en las
que salieron a relucir sus buenas maneras. También con la izquierda le arrancó muletazos en una labor de mérito en la que
logró sacar todo el partido de su oponente. Mató de pinchazo y estocada y fue
ovacionado.
Ficha
del Festejo
Se lidiaron novillos de El Parralejo, bien presentados y de
juego desigual.
Álvaro
Lorenzo, oreja y ovación tras aviso.
Ginés
Marín, vuelta tras petición y ovación tras aviso.
Pablo
Aguado, silencio y ovación.
Incidencias.- Más
de media entrada en tarde soleada y algo ventosa.
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