ENTREVISTA A JESUS DE FARIÑA
Nos encontramos con el Matador de Toros Onubense Jesús Vázquez Mendez, conocido por todos como Jesús de Fariña.
Maestro, siempre es un placer verlo, por tierras Onubenses. Se prodiga poco poco por estos lares. Afortunadamente los medios de comunicación de hoy en día nos tienen al tanto de todo cuanto acontece en cualquier parte del Mundo.
PREGUNTA - ¿Cree usted, que es el último
bohemio del Toreo actual?
RESPUESTA- No sé si seré el último, pero el más reciente sí.
P.- ¿Cuantos Bohemios ha habido en el
toreo? ¿Y en la época actual?
R.- A lo largo y ancho de la historia
del toreo muchos, pero que hayan sido a su vez figuras del toreo ninguno, ya
que es incompatible ambas cosas. En esta época se está confundiendo ser bohemio
con ser esperpéntico o estrafalario; el ser bohemio no lo marca la forma de
vestir o actuar. Hay algunos toreros (no solo ya muchos aficionados que buscan
la bohemia donde no la hay) que tienen los conceptos equivocados. Es algo muy
superior, ya que parte de una forma de ser y sentir diferente.
P.- ¿Tiene futuro en la actualidad un Bohemio del toreo?
R.- La bohemia jamás tuvo futuro ni en
el toreo, ni en el arte, ni en la vida misma. Incluso carece de sentido común.
El ser bohemio es una condición, no una circunstancia en un momento
determinado. No se puede ser bohemio unas horas al día y luego dejar de serlo
hasta que uno decida retomar esa nota.
P.- ¿Cómo ve usted el toreo que se hace actualmente?
R.- Han subido notablemente los niveles
de exigencia en el toro y por tanto en el torero. El toro sale más bravo, con
más volumen y aguanta más que nunca durante la lidia. Esto último obliga al
torero a empeñar mayor esfuerzo, preparación mental y física y, a refinar una
técnica impecable para poder someter y dominar embestidas, reacciones y
comportamientos del animal (que no hay que olvidar tienen voluntad propia)
hasta límites insospechados; Ciertamente loables, pero esto condiciona que nos
olvidemos bastante de la estética y la plasticidad, pilares esenciales del
arte. Todas las figuras del toreo actuales lógicamente buscan este último fin
mientras tienen capacidad de ejercer y superar lo primero. El problema reside
en los toreros que no lo son y quieren ser figuras. Ahí es donde más se nota la
mecanización y vulgaridad reinante. Se pierde frescura y con ello personalidad
propia, porque todos ansían hacer lo mismo que sus ídolos delante del toro. Estos
defectos de bulto se ven claramente en los chavales que están de novilleros sin
caballos.
P.- ¿Por qué Jesús de Fariña, torea
tantos festejos en América y no lo hace en las Plazas de Toros Españolas?
R.- Hace 20 años tuve la visión de que
el Perú y algunos países de América serían el futuro para los toreros que no
son figuras y no me he equivocado; a las pruebas me remito. Me fue bien y ya no
me planteé seguir “luchando” en España. Aquí ponen al que interesa y no al que
quieren o gustan poner. ¡Cómo ves! La bohemia también ha desaparecido en el
mundo empresarial taurino.
P.- ¿No entienden los empresarios
españoles la bohemia del Toreo de Jesús de
Fariña?
R.- Unos pocos la entienden pero no la
aceptan. Otros muchos no la valoran lo más mínimo y la mayoría de ellos ni
siquiera saben lo que es.
Para entender algo que está más allá de
la razón y el sentido común hay que tener sensibilidad. Cualquiera sabe que la
sensibilidad es un defecto para un buen empresario, independientemente del
campo empresarial que se ocupe el sujeto.
P.- ¿Que necesita un torero bohemio de
su corte, para que las empresas españolas cuenten con él en sus carteles?
R.- ¡Un milagro! Es imposible. Lo
acepto y asumo. Me queda la satisfacción de que una inmensa mayoría de los
toreros y aficionados “antiguos” que aun viven y me han visto torear sean
partidarios míos. También me llena de orgullo que muchas de las figuras del
toreo actual me llamen cuando van al campo para que les diga “cosillas” y
valoren mi interpretación de lo que veo en ellos, sea bueno o malo.
Algo que me sorprende es que los
chavales, sin haber conseguido yo nada relevante en el toreo me llamen maestro.
P.- ¿Qué futuro augura de la Fiesta actual?
R.- Siempre pensé que el futuro se
edifica sobre los pilares del pasado. Lo importante es no dejarnos derribar
esos pilares ni intentar cambiarlos nosotros mismos. Lo que es, es. Dediquemos
nuestro presente en honrar y defender con respeto eso, que es lo que nos ha
hecho ser fuertes, auténticos y majestuosos. Si lo hacemos tendremos un futuro
esperanzador.
P.- ¿Cree usted que lo están haciendo
bien las empresas? ¿Y los toreros?
R.- No. No lo creo. Los toreros mejor
que nunca tanto delante como fuera del toro.
P.- En su opinión, ¿Funcionan los mano a
mano? ¿Hay verdadera rivalidad? ¿O es una moda, que pasará?
R.- Que manía esa de “enfrentar” a los
toreros entre sí. Que lo hagan los públicos me parece presumiblemente lógico,
pero ¿las empresas?
La rivalidad en lo artístico debiera ser
con uno mismo ¿no? La superación es personal e intransferible. No me gustan
nada los mano a mano y esto lo digo como aficionado. Los toreros a la plaza deben
de ir a expresar no a rivalizar con nadie. Cada uno en su forma y con sus
conceptos debe interpretar lo que piensa, siente y puede. Yo si fuera figura no
iría a ningún mano a mano.
P.- ¿Veremos al Maestro Jesús de Fariña,
"El último Bohemio" en los Ruedos Españoles?
R.- No depende de mí. Y lo que no
depende de mí no me preocupa. Para bien o para mal todo cae por su propio peso
y si no cae es señal de que está bien sujeto.
P.- Un reflexión del último Bohemio. ¿Cuál
es su visión actual de la Fiesta Nacional?
R.- Si la denominamos Fiesta Nacional vamos mal de inicio.
Ha sido, una alegría poder estar estos
minutos con usted, y esperamos todos los aficionados al mundo de los toros,
poder disfrutar un tarde, viendo al Maestro Jesús de Fariña, en una corrida de
toros en España, Cuajando un toro con pellizco y sentimiento. Con verdad y
pureza. Con corazón y temple.
Muchas Gracias por sus palabras y su verdad.
JDF- Uffff. Mucho me pides. Esa reunión
de valores solo está al alcance de las figuras y yo ni lo soy ni lo seré jamás,
aunque me ilusiona y hace soñar tu deseo. El toreo está en el pensamiento. Me
conformaría sin embargo con que me vieras, te ilusionaras y soñaras conmigo.
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