LA
LEYENDA DE JOSÉ TOMAS MAS VIVA QUE NUNCA
Por Carlos Ilian.
La pasión tomasista se desbordó
en Granada en este Corpus, con la ciudad inundada de los devotos del día de la
sagrada forma y los devotos de José Tomás.
Tan solo la noticia de la
reaparición del torero en España, programada para esta fecha granadina, ya
había puesto en marcha toda la masa de seguidores de la leyenda de Galapagar,
con lo que supone de reventa por las nubes, hoteles con problemas de reserva
ante la avalancha de clientes y expectación al límite.
Y cuando se hizo realidad su
presencia en la puerta de cuadrillas, vestido de tabaco y oro, se desbordó la
pasión, en un clamor que se repitió después del paseíllo con una ovación que JT
compartió con sus compañeros de terna.
La tarde granadina, espléndida,
de puro verano, iba a transcurrir bajo el hechizo que este José Tomás transmite
a los miles de partidarios que llenaron el histórico coso de Los Cármenes. Nada
más abrirse de capa ya comenzaron los clamores. Y es que, por añadidura, José
Tomás ha alcanzado un ritmo y una armonía indiscutibles en el manejo del
capote, siempre hacia delante, embarcando en la panza del percal.
Y no importó que el primer toro
de su lote, un sobrero de Juan Pedro Domecq que sustituyó a un inválido de
Garcigrande, luciera más carnes que bravura y fuerza. Tomás lo manejó con soltura,
obligando sin molestar al toro y cargando la suerte con esa autenticidad que le
hace distinto. Una faena de mimo, sin grandeza, pero que sobró para la primera
oreja
Cogida
espeluznante
Quedaba en los corrales el
quinto toro, de Victoriano del Río, un ejemplar serio y cuajado, propio de una
plaza más exigente que Granada. Tomás lo brindó después de un gran puyazo y se
encontró con que el de Victoriano tenía tan mala baba como movilidad, aunque
con tendencia a quedarse cortito. José Tomás lo entendió a la perfección y lo
administró sabiamente, pasándose los pitones por la faja y cruzándose de lo
lindo para cuajar las tandas de derechazos y naturales, entre apuntes de
muletazos torerísimos. Una faena con más verdad que relumbrón. Una faena con
fondo de armario pues la reserva de valor de este torero es infinita.
Pero la confianza le pierde a
veces y al ir por la espada de matar le perdió la cara el toro que con saña le
embistió por detrás en una cogida espeluznante. Tomás cayó como un fardo,
inane. Se temió lo peor. Finito quiso matar entre protestas. Pero pasados unos
minutos volvió José Tomás entre un auténtico delirio, para rematar su faena.
Aunque conmocionado todavía por el brutal golpe liquidó al toro de un pinchazo,
una estocada corta atravesada y un descabello. La plaza no pidió, exigió las
dos orejas y el palco no tuvo más remedio que concederlas. Tomás había estado
brutal en su reaparición.
Toros de Victoriano del Río
(1º, 5º y 6º), Domingo Hernández (2º, devuelto, 3º y 4º) y Juan Pedro Domecq
(2º bis), bien presentados y de juego desigual. Destacó el 3º.
Finito
de Córdoba, ligera división de opiniones tras aviso / silencio
José
Tomás, oreja / dos orejas
Rafael
Cerro, oreja / oreja.
Incidencias.- Lleno
de "No hay billetes". La terna fue obligada a saludar tras el
paseíllo. José Tomás y Rafael Cerro triunfadores.
Parte
médico de José Tomás:
Durante la lidia del quinto
toro resulta alcanzado el diestro José Tomás Román Martín en un lance del que
es atendido al final del festejo en esta enfermería apreciándose le una
contusión en la parrilla costal izquierda con posible fisura de los últimos
cartílagos costales, asimismo una conmoción cerebral aparentemente superada al
ser la exploración neurológica normal. Para conformar estos hallazgos se decide
su trasladado a un centro hospitalario para realizar oportunos estudios
radiológicos complementarios.
Firmado: El jefe de servicio
médico quirúrgico doctor Pablo J Tome Poyatos.
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