Después de la suspensión por lluvia de la semana pasada, el festejo mixto programado se celebró en una tarde con viento y amenaza de lluvia, que fue remitiendo a medida que avanzaba el festejo.
Un encierro de Antonio Rubio Macandro, de escaso trapío y buena condición para los novilleros con caballos Gil Caracho e Israel Dianez. Y un eral de Joaquín Buendía de buena condición para el Onubense Juan Ramón Jiménez.
El sobresaliente del festejo, Curro Baldeón estuvo toda la tarde pendiente de la lidia y al quite de cualquier compañero. En el cuarto de la tarde realizo un vistoso quite muy aplaudido por la grada.
El novillero y a la vez empresario del Festejo Gil Caracho, anduvo toda la tarde intentando fijar y enganchar la buena condición de sus enemigos, que aunque como decíamos tenían escasa presencia, estaban sobrados de nobleza. Se vio dudoso y desconfiado en su primero que le plantaba pelea y al que el novillero no le daba ni los tiempos, ni el sitio que le correspondía. En su segundo algo más calmado fue capaz de enjaretar una faena mas pausada y de mejor corte, sin llegar a ser brillante, faena que a la postre se alargó como ocurrió en todos los novillos de la tarde, donde todos los actuantes escucharon aviso.
El segundo del festejo, Israel Dianez, se le vio mas centrado, decidido y con ganas de agradar. De mejor corte y condición dejó detalles con capote y muleta y plantó cara a sus dos enemigos que al igual que los anteriores andaban escasos de carnes.
Dos faenas templadas antes las nobles embestidas de sus antagonistas, mas fijo el lidiado en segundo lugar y más enrazado el quinto al que le costó un mundo matar. Buen aire con el manejo de los trastos fue capaz de enjaretar faena y llegar rápido a los tendidos, unas faenas que tuvieron la virtud de medir las tandas y los tiempos de sus enemigos.
El onubense Juan Ramón Jiménez, se le vio mas centrado y con mas ganas en su único novillo de la tarde, un ejemplar de Buendía al que recibió de larga cambiada de rodillas en el tercio para recetarle unas verónicas jaleadas por el respetable y sacarse toreado al eral a los medios.
Un quite ceñido y de buen son puso al público en pie en las gradas antes de comenzar la faena de muleta donde puso toda la carne en el asador para buscar el triunfo. Fue capaz de domeñar la embestida de su antagonista y tirar de él para exprimirle todo lo bueno que llevaba dentro, al final de la faena el eral ya le costaba más seguir los engaños y no bajaba la cara, cerró con manoletinas muy ajustadas y la planta muy firme. Un buen novillo y un decidido y asentado Juan Ramón Jiménez, se acoplaron en una tarde que de no ser por el fallo con el descabello hubiese acompañado a sus compañeros por la Puerta Grande.
Ficha del festejo
Se lidiaron 4 novillos de Antonio Rubio y 1 eral de Joaquín Buendía, de buen juego y escasa presencia.
Gil Caracho, oreja tras aviso /oreja tras aviso
Israel Dianez, oreja tras aviso / oreja tras aviso
Juan Ramón Jiménez, oreja tras aviso
Incidencias.- Un cuarto de plaza. Caracho y Dianez salieron a hombros.
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