El matador de toros salmantino Eduardo Gallo y el apoderado Lázaro
Carmona han decidido cruzar de nuevo sus caminos para plantear un objetivo
común de cara al futuro. El acuerdo, por tiempo indefinido y sellado con el
apretón de manos, pretende volver a revalorizar la carrera de un torero que
dejó muy buen sabor de boca tras su paso por Madrid en 2016.
El torero charro, que había concluido su apoderamiento
con Tomás Luna la semana pasada, ha
regresado, según sus propias palabras, con “el
mejor apoderado que he tenido y con el que mejor me he entendido siempre. Nunca
hemos dejado de mantener la relación cordial que siempre hemos mantenido y
ahora hemos decidido volver a luchar juntos”.
Por su parte, el apoderado recuerda siempre “las tremendas condiciones innatas que
atesora Eduardo, por el que siempre he sentido un cariño especial y con el que
me he ilusionado de nuevo por volver a la batalla”. El objetivo, por
supuesto, será el regreso a Madrid,
donde ya dejase una extraordinaria sensación Gallo la pasada campaña.
El acuerdo se ha presentado oficialmente en el
mediodía de hoy, con una comida de trabajo para los medios celebrada en la Bodega Andaluza de la capital
madrileña.
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