Todas rechazadas. Las cinco enmiendas a la totalidad presentadas -por CiU, Izquierda Plural, Grupo Mixto, Compromís y UPyD- en el Congreso de los Diputados con respecto a la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que pretende blindar la Tauromaquia y su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) fueron declinadas en la Cámara Baja después de un debate en el que destacó la férrea defensa realizada por el ministro de Educación Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, que tomó la palabra para recordar que «es deber del Estado garantizar la promoción y continuidad de la Cultura», donde situó a las corridas de toros, puesto que «gozan de un importante arraigo sociocultural en nuestro país».
Asimismo, Wert aprovechó su comparecencia para pedir al PSOE que abandone su «tibieza e indiferencia» para adoptar en esta materia «un papel más constructivo» de cara a las enmiendas parciales, ya que «no se trata de un debate de izquierdas o derechas» y, en su opinión, «ambas partes están en disposición de poder alcanzar un acuerdo sin precedentes».
De este modo, y a la espera de las enmiendas al artículado que se debatirán el próximo 2 de octubre, la Fiesta escaló ayer un nuevo peldaño y se encuentra aún más cerca de su reconocimiento cultural, puesto que tras esta votación, tan sólo quedará por cumplimentar el trámite del paso del texto definitivo de la ILP por el Senado.
Durante su comparecencia, Wert aprovechó una vez más para desdecir a la perenne corriente antitaurina empeñada en sostener la inyección de dinero público al sector taurino. «No responde a la verdad decir que la Tauromaquia obtiene subvenciones directas del Estado, porque este ministerio de Cultura no dota de asignación anual alguna a la Tauromaquia para su desarrollo o fomento; existe protección genérica, pero no económica en los Presupuestos Generales de este Gobierno», comentó al tiempo que también echó por tierra las supuestas críticas de la UE por maltrato animal, puesto que «el máximo organismo europeo excepciona en materia de protección animal aquellas actividades relacionadas con las tradiciones de su nación».
En este sentido, Juan Manuel Albendea, diputado del Grupo Popular y presidente de la Comisión de Cultura del Congreso, advirtió en el turno de comparecencias del «atentado ecológico, económico, cultural, además del que afecta a las libertades individuales» que supondría acabar con las corridas de toros en España. Precisamente, sobre esta facultad para acudir a las corridas de toros, Albendea defendió "el derecho de los españoles y los aficionados a acudir o no a las plazas de toros, libertad que se quiere ahora cercenar", criticó antes de cuestionarse "quiénes somos los políticos para prohibir que un padre lleve a su hijo a los toros".
Otro de los puntos espinosos tanto en la presentación de las enmiendas, allá por el julio pasado, como en su debate de ayer fue el hipotético solapamiento competencial que puede surgir con la declaración de BIC de las corridas de toros. Wert lo dejó entrever en su discurso reclamando la prioritaria necesidad de «encontrar una fórmula de cooperación para satisfacer las competencias autonómicas existentes y también regular la normativa taurina desde el Estado; respeto a las Comunidades Autónomas, sí, pero con protección estatal». No en vano, ahí puede estar la clave para el consenso de los dos partidos en las enmiendas al articulado. La abstención del PSOE en todas las enmiendas a la totalidad se tornó en «Sí» a la propuesta de CiU. Un posible guiño al pasado supeditando el diálogo entre ambos a la no agresión de la decisión tomada hace dos años por un Parlamento de Cataluña entonces dirigido por el Gobierno de Montilla.
Minutos antes, el ministro de Educación, Cultura y Deporte había comenzado su discurso matizando que «el origen de este debate en el hemiciclo se debe a una Iniciativa Popular, en ningún caso del Ejecutivo Central, una actividad a la que acude regularmente prácticamente el 10 por ciento de la población española». Por este motivo, lamentó «las descalifcaciones sufridas» por los impulsores y aficionados de esta disciplina artística: «Por encima de una opinión debe estar el respeto a todas ellas, aunque luego lógicamente cada persona comparte unas y otras no».
Ya en el turno de réplicas, Wert ironizó con torería sobre «el innegable valor lingüístico de la Tauromaquia en nuestra Cultura, atendiendo a su presencia constante en todas y cada una de las intervenciones realizadas por aquellos que se niegan a reconocer el toreo como acto cultural». Un capotazo por derecho y cargando la suerte que, ahora, espera su faena final en esta misma plaza dentro de una semana.
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