lunes, 26 de agosto de 2013

Feria de Almería 2013, en la Pluma de Juan Belmonte.


A LA BAJA


Analizar la recién terminada feria de Almería es ver la realidad económica del País. 
Llevo casi treinta años cubriendo esta feria y en los últimos tres se va tocando fondo. Lo que fueran llenos diarios se están convirtiendo en media plazas y con muchos menos festejos.

En el capítulo ganadero siempre se lidiaron toros de mayor trapío que en toda Andalucía -ya saben la máxima Chopera…”toro grande, billete chico”. En esta edición la corrida de Juan Pedro Domecq  bajó ese listón y para colmo le faltó raza para dar espectáculo.
La sustitución de Fandiño  por Morante fue un acierto porque este torero lo da todo  y está en estado de gracia pero no tuvo material. Ruiz Manuel sin toros posibles y solo Manzanares, con el mejor lote, dio su dimensión,  quizás mas templado que en sus ultimas actuaciones. 
La de Domingo Hernández sí tuvo fachada pero poco de todo. No hay que dejarse llevar por las orejas que se llevó el Juli y por la de Perera porque no fue una corrida colaboradora ni mucho menos. Ponce técnico siempre y sobrado tampoco pudo triunfar.

Que bien que los de Torrehandilla –Torrehebreros nos hicieran disfrutar el ultimo día de a pie mostrándonos  lo que debe ser un toro bravo. Salvo el quinto, peligroso, todos se movieron codiciosos y obedientes, transmitieron mucho y dieron espectáculo.
Era el mano a mano Padilla –Fandi que ganó el de Granada por diversas circunstancias. David ofreció su repertorio en todos los tercios y pudo haber cortado mas orejas si no falla a espadas. Padilla tuvo la suerte de espaldas. Se llevó el único que no sirvió, resultó cogido aparatosamente sin consecuencias y con los palos falló en su primero.

Una feria, pues a menos de la que esperábamos mucho mas.

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