jueves, 30 de marzo de 2017

Escribano y Victorino recordaron la faena del indulto de "Cobradiezmos"

La segunda sesión de ‘El toreo contado’ colgó el cartel de ‘no hay billetes’

La segunda edición de ‘El toreo contado’ organizado por la Empresa Pagés colgó el cartel de ‘no hay billetes’ en la sala Antonio Machado de la Fundación Cajasol. Los protagonistas, el torero Manuel Escribano y el ganadero Victorino Martín, hablaron sobre el indulto de ‘Cobradiezmos’ del pasado 13 de abril de 2016, que se proyectó en vídeo.

La charla, conducida por el periodista y director de ‘Toromedia’ José Enrique Moreno, comenzó tratando y hablando de los sentimientos vividos aquella histórica tarde. “Fue magia y éxtasis. Cuando vi ese pañuelo imagínate lo que me entró. Empezamos a hacer cosas que ni sabíamos, se nos olvidó que el toro estaba allí”, comento el torero de Gerena. Por su parte, Victorino añadió: “Ese día estábamos felices todos, la gente de la plaza y nosotros. La felicidad se contagia y ese día todo se desbordó”.


Escribano, que describió la tarde como un sueño fresco en su mente, comentó: “Era el primer toro de Victorino en el que me iba a la puerta de chiqueros. Con uno de Victorino me daba miedo, me había ido con otros pero con uno de Victorino no”. Con la cara desencajada -como se podía apreciar en vídeo- recibía el torero sevillano a ‘Cobradiezmos’, del que dijo: “Desde que lo vi me asombró su belleza y me entró por el ojo”.

El ganadero habló de la reata y la familia de ‘Cobradiezmos’: “Es de la familia de las ‘cobradoras’, esta familia ha dado muchos toros importantes. Él fue el primer hijo de esa vaca”. Y añadió: “Ya ningún toro se llamará ‘Cobradiezmos’, a los posibles hermanos los condicionaría mucho”.

Con la proyección del vídeo, los asistentes empezaron a entrar en calor y, como si de aquella misma tarde se tratase, comenzaron a escucharse olés y comentarios como “mira donde lleva la cara” o “cómo embiste y repite”. Un detalle desapercibido entre tanta clase y bravura, fue que el toro escarbaba, a lo que respondió el ganadero: “Yo si me di cuenta desde un principio. La perfección no existe, pero las virtudes estuvieron tan marcadas que eclipsó todo lo demás. En nuestra casa los más críticos con nuestros toros somos nosotros”, destacó.

¿Dudaste en algún momento?, preguntó José Enrique Moreno a Escribano. “Hay un momento entre la primera y la segunda tanda que voy caminando al toro y me dije, como no cuajes a este toro te buscas la ruina para toda tu vida. Pero Igual que me dije eso supe lo que tenía que hacerle”.

“No llega a estar lo firme que estuvo y le llega a dar un tirón o un toque mal dado y no vemos al toro que vimos”, apuntilló Victorino.

Otro detalle que pasó desapercibido en aquella tarde fue que, por un tropiezo con el toro, Escribano perdió la ayuda y se fue a por la espada de verdad. Con la gente tan volcada y con la primera petición de indulto Escribano siguió toreando: “Me cuesta mucho torear con la espada de matar, pesa mucho y la empuñadura es muy chica, por lo que me puse a darle ayudados por alto. En uno de ellos me di cuenta que la ayuda estaba en el suelo y la cogí y seguí toreando hasta que se produjo el indulto”, relató.

En ese momento aún no lo tenía claro el ganadero: “Hasta el rabo todo es toro. Sé lo difícil que es y hasta que no las vi todas conmigo dudaba”. Ya lo había dicho antes Victorino: “El ruedo de Sevilla es complicado. He visto toros venirse a menos y rendirse. Hasta el final no puedes cantar victoria, he visto toros rajarse que no me lo podía ni imaginar”.

¿Qué supone este día en vuestras carreras?, preguntó de nuevo José Enrique. “Lo más importante para mí es el orgullo y la satisfacción de poder conducir esa embestida y de estar a la altura del  toro, con eso lo demás me da igual”, respondió Escribano. “Somos ya parte de la historia de Sevilla y de la Tauromaquia. Supone que te pones el listón a una altura y que ya no te puedes bajar de ahí”, comentó Victorino.

“Fue un indulto unánime. Hubo una unanimidad absoluta. Se veía la cara de la gente llorando, es lo más grande que puedes vivir como torero y como ganadero aún más”, dijo Escribano en los últimos compases del acto. “Es un indulto que ha repercutido muchísimo. Me satisfizo muchísimo escuchar la opinión de mis compañeros ganaderos”, dijo Victorino.


Sevilla volverá a acoger en un mes a los dos protagonistas en el mismo marco y volverá a soñar con la bravura y la clase en las embestidas de ‘Cobradiezmos’. Se cerró el acto con una cerrada ovación en memoria del torero sevillano Manolo Cortés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario