Vicente Parra Roldán
Los éxitos cosechados por el
novillero onubense Diego Gómez Laine en las temporadas de 1.931 y 32 hicieron
que se presentase en Madrid en la inauguración de la temporada siguiente, es
decir, el 5 de marzo de 1.933.
Aquella tarde hicieron el paseíllo
los novilleros Luís Morales, Diego de los Reyes y Laine para entendérselas con
reses de Concha y Sierra que resultaron buenos en líneas generales.
El debutante, desde el comienzo
de su faena de capa, produjo una excelente impresión, dejando notas de arte y
valentía y sembrando el entusiasmo en los tendidos. Superiorísima fue la labor
de capa la llevada a cabo por Laine que se impuso haciéndose ovacionar. Después
de vérsele cosas de torero de verdad, valiente y artístico, Laine instrumentó
una colosal serie de muletazos de varias marcas y a cual mejor. Cada pase, de
cerca y valentísimo, una ovación y olés; cada adorno de los mucho que tuvo,
enorme entusiasmo de los espectadores. Entrando como los maestros, dejó una
gran estocada que le valió una oreja que paseó, entre una larga ovación, en su
triunfal vuelta al ruedo.
En el que cerró plaza, Laine
derrochó valentía, aplaudiéndose su trabajo artístico y reposado. Tras una
faena muy lucida de muleta acabó con la vida de su adversario y con la corrida
de dos pinchazos y una estocada, siendo aplaudido al finalizar su quehacer.
Sus compañeros de cartel Luís
Morales y Diego de los Reyes, cumplieron. Morales destacó con el capote,
moviéndose mucho con la muleta y no pasó de regular con las espadas mientras
que Diego de los Reyes cumplió con el capote y muleteó muy valiente a sus dos
oponentes.
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