sábado, 23 de julio de 2016

LOS TOREROS SE ALEJAN DE LOS AFICIONADOS (OPINIÓN)

Vicente Parra Roldán
Los aficionados taurinos siempre han sido muy generosos con los toreros y y han sabido reconocer las buenas actuaciones no solo con los trofeos concedidos en las plazas sino también en los galardones que se ofrecían a los triunfadores de los ciclos taurinos que se celebran en muchas localidades.

Las peñas y entidades taurinas trabajaban por conseguir los mejores trofeos con los que agasajar a los toreros. La Tertulia Litri, con más de medio siglo concediendo trofeos, ofreció, entre otros, una reproducción de la Monumental Plaza de toros de Huelva, una enorme carabela de plata y un capote de paseo con la imagen de la Virgen de la Cinta además de otros galardones. En los últimos años, desde 1.994, el Centro Comercial “Costa de la Luz” y el diario HUELVA INFORMACION conceden el denominado “Trofeo El Cabezo” y, en el año 1.997, se incorporó a esta nómina la Peña Cultural Taurina “Tendido 12”. 


Hasta hace unos quince años aproximadamente, la entrega de estos premios y galardones era una auténtica fiesta para la entidad que los entregaba y que se desvivía por recibir a los triunfadores que, desde sus lugares de descanso, acudían a Huelva para disfrutar de una jornada de amistad y convivencia con los aficionados que aguardaban a los toreros con los brazos abiertos para gozar de esas visitas a los locales sociales de las peñas.

Pero, desde entonces para acá, los toreros no se muestran proclives a participar en estos actos y compartir algunas horas con los aficionados, por lo que, pese al esfuerzo realizado por las peñas, los premiados no acuden a recibir sus galardones, dejando anonadados a los organizadores que habían realizado un esfuerzo en muchos órdenes para que el acto fuese del gusto y aceptación de todos, toreros y aficionados.

La negativa de los toreros a acudir, basándose a las cosas más peregrinas, a retirar los premios han llevado a muchas peñas a dejar de conceder sus galardones o, como ocurre en otras ocasiones, a no entregar materialmente ningún trofeo que represente ese galardón aunque eso suponga no disfrutar de la presencia de los toreros galardonados.


Los toreros se han vuelto muy egoístas y cada día se alejan más de los aficionados. Y con esa decisión de no acudir a recoger los trofeos están haciendo mucho daño a la fiesta y, de manera especial, a los aficionados, a los que gustaría disfrutar algo más de sus admirados toreros, pero éstos “pasan” de quienes mantienen el espectáculo y les hace ganar un buen dinero. Pena, penita, pena.  

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