La magia y el duende se funden
en una jornada de campo, mientras las musas recorren el albero de la plaza de
tientas de Albarreal en tierras de San Bartolomé de la Torre.
El matador de toros onubense
Jesús de Fariña, tiene ángel, es expresivo, tiene embrujo y es capaz de
componer para hacer deleitar con su toreo hasta el más escéptico.
Todo se conjugo ante una res
del ganadero onubense Guillermo García-Palacios, unos pocos éramos los
privilegiados de esa magia. Entre ellos el patriarca de la familia D. José Luis
García-Palacios quien alabo las virtudes de la extraordinaria becerra, como la
expresión y el tempo que Jesús de Fariña desprendió delante de la res.
No se precisó de un exceso de
tandas, bastaron tres, dos en redondo y una al natural, para que las musas del
toreo se dieran cita en la muleta del onubense, que con parsimonia y un gusto
exquisito ejecuto el arte del toreo.
Aquí tienen la muestra de ese
instante que ya formara parte de la historia. Vívanlo…
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