Hace medio siglo, la localidad
veraniega de Punta Umbría empezaba su desarrollo turístico y, cada verano,
llegaban numerosos visitantes para disfrutar de las delicias que ofrecía la
población. Y, entre ellas, se quiso ofrecer festejos taurinos, instalándose una
plaza portátil y se programaron interesantes carteles que, sin embargo, no
tuvieron la acogida esperada.
Con ocasión de sus fiestas
patronales en honor de la Virgen del Carmen se anunciaron dos festejos. El
primero, que se celebró en la tarde del 17 de julio, estuvo formado por Antonio
Muñoz “Batalla”, Jesús Abril y “Carnicerito de Úbeda” quienes lidiaron novillos
de Pérez de la Concha y el otro lo integraron Jesús Sánchez “El Zurdo”, Juan
Luis Llanes “El Calañés”, Manuel Rodríguez “El Palermo” y Santi Ortiz con
erales de Ángel Sánchez Rodríguez.
En el festejo inaugural, los
utreros de Pérez de la Concha parecieron, por su presencia, auténticos toros y
dieron un juego aceptable, propiciando el triunfo de la terna actuante que se
repartió once orejas y tres rabos, logrando salir a hombros al término del espectáculo.
Reaparecía tras una grave
cogida el onubense Antonio Batalla que s elució al lancear a su primero, al que
le realizó un excelente trasteo basado en varias series de naturales en los
que, además de temple, brilló el mando. Al matar bien, obtuvo las dos primeras
orejas de la tarde, sumando otro apéndice en el cuarto al que le realizó una
buena faena, iniciada por estatuarios, con ambas manos pero que no rubricó con
la espada.
Jesús Abril cuajó a su primero,
al que toreó primorosamente con el capote y con la muleta, sacando numerosas
series con ambas manos antes de dejar una gran estocada que le valió para
cortar los máximos trofeos. Repetiría triunfo en el quinto, con el que se
lucieron en banderillas “El Legionario” y “Navarrito”, y, de manera especial
con la muleta, demostrando sus cualidades artísticas y su valor. Tras pinchazo
y descabello, dos orejas.
Completó el cartel “Carnicerito
de Úbeda” que realizó una bellísima faena a su primero por lo que al estar
acertado a la hora de matar logró cortar las dos orejas y el rabo. En el que
cerró plaza, se lució con la capa y, con
la muleta, brilló en las series de naturales y en los redondos con los que
terminó su actuación y, al volver a acertar con los aceros, obtuvo otros dos
apéndices con los que paseó el amplio ruedo del coso puntaumbrieño.
Al día siguiente, y con medio
aforo cubierto, se celebró una novillada sin picar con la presencia de cuatro
jóvenes onubenses que estuvieron por encima de las condiciones de las reses de
Ángel Sánchez.
El Zurdo estuvo muy valiente
durante toda la tarde, sacando algunos muletazos de gran calidad, cortando una
oreja; El Calañés fue el triunfador del festejo al cortar las dos orejas y rabo
tras una artística y valerosa faena; El Palermo mostró sus ganas de ser torero y
al cavar de una estocada recibió una oreja; y Santi Ortiz se lució con capote y
muleta, matando con eficacia y logró las dos orejas de su oponente.
Si el público no había acudido
en buena medida a las dos novilladas inaugurales si lo hizo en profusión en el
espectáculo cómico en el que la principal atracción fue Lázaro Gallego “El
Nini”. La plaza casi se llenó para contemplar al torero choquero que aquella
noche llevó a cabo todo su amplio repertorio pero al fallar en la suerte
suprema el triunfo quedó reducido a una triunfal vuelta al ruedo recogiendo
numerosos regalos.
Hubo varias anécdotas en estos
festejos, como el hecho de no utilizarse mulillas sino que los animales fueron
arrastrados con un tractor entre el jolgorio del respetable o la presencia de
un espontáneo, que quiso dar algunos pases, durante la actuación de los
integrantes del espectáculo cómico.
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